miércoles, 30 de mayo de 2012

PARTIDA DE NACIMIENTO DEL "MEDIO PELO"

por Arturo Jauretche

            En el capítulo anterior se han mencionado las dos vertientes que concurren a la formación del medio pelo. Antes habíamos visto que también dos corrientes confluyeron en el origen de la clase media paralelas a aquellas.
            La primera –los primos pobres de la oligarquía—constituye el elemento básico que hace viable la constitución del grupo: apellidos relativamente antiguos y entre los cuales, usando varios es posible enganchar alguno de alta clase; un estilo, en cierto modo más tradicional que el de aquella, en cuanto menos influido por la europeización de su época ausentista; una religiosidad formal, de buen tono y poco ecuménica pues se condiciona a la calidad del lugar y feligresía de la parroquia. En resumen un ritualismo social que tiene marcados con minuciosidad los límites de lo que es “bien” y lo que no es “bien”, y da con eso la apariencia de un grupo cerrado. Cerrado, pero no tanto que no se pueda abrir con una llave de oro; lo suficiente para hacer apetecible la incorporación, pero no tanto para que sea difícil.
            Los nuevos constituyen la segunda vertiente y concurren desde variadas procedencias que iremos viendo, pero que fundamentalmente está constituida por elementos de la clase media alta, la “intelligentzia” y la burguesía de los últimos ascensos.
            En esta segunda vertiente del medio pelo, particularmente en la incorporación de los burgueses, el factor tiempo tuvo mucha importancia pues ya se ha visto que su equivalente anterior realizó su ascensión con un ritmo menos acelerado que el de la industrialización brusca, porque correspondía a la primera modernización de la sociedad, nacida de la expansión agropecuaria, en una ciudad más reducida y con sus sectores sociales menos con¬fundidos porque la alta clase, más distante del resto del país, se perfilaba más neta e individualizada. Además los apellidos extranjeros conservaban todavía una reso¬nancia exótica que se perdió con el acostumbramiento. En cuanto a la alta clase media empezaba a confundirse con los primos pobres de la oligarquía a través de una larga convivencia en las mismas funciones de nivel secun¬dario: profesores, altos funcionarios, jueces y secretarios, profesionales, altos grados de las fuerzas armadas.
En una sociedad en que las dignidades primeras estaban dadas por la propiedad de la tierra, todas esas jerarquías de segunda se igualaban en poco tiempo; daba tono también cualquier ante¬cedente anterior al 900, hasta el punto de que llegó a ser importante descender de un conscripto de Curumalal.
En este sentido, y hasta que el medio pelo se caracterizó por sus propias pautas, en el nivel básico de los primos pobres los criterios de aceptación fueron más amplios y modernos que los de la clase alta, y estuvieron más en relación con la sociedad real: estaban referidos al género de actividades desempeñadas que eran las de esa segunda línea de la sociedad tradicional.
A ese nivel, las actividades científicas, el ejercicio de la ma¬gistratura, la política, las letras, la espada, el sacerdocio, etc., repre¬sentaban jerarquías sin cotización en la alta sociedad, donde eran más bien signos de posición, pues a medida que se refinaban las razas ganaderas se producía un refinamiento social paralelo y la marca de la estancia y el nombre de la cabaña cons¬tituían escudos heráldicos que daban más lustre que los antepasados, que en ocasiones hasta se disimulaban. La única actividad no ganadera bien considerada era la de abogado de las grandes empresas extranjeras.

lunes, 21 de mayo de 2012

Proyecto de Perón o guerra civil



1º La política del general Perón y el nuevo encuadramiento mundial 

Si bien toda política nacional es en lo fundamental expresión de las condiciones objetivas internas del país, ella se debe desarrollar en un marco internacional que expresa las tendencias generales de la marcha de la humanidad.
Es parte fundamental del proyecto político peronista el enfrentamiento con las pretensiones de hegemonía de los Estados Unidos. Desde el “Perón o Braden” hasta la ruptura del cerco comercial a la hermana república de Cuba, el Movimiento expresó siempre en lo concreto la conciencia nacional antiimperialista y en especial frente a los yanquis. Fueron los enemigos de Perón, con cualquier enmascaramiento político o ideológico, colaboracionistas concretos de la acción neocolonialista, rapaz y proscriptiva del imperialismo yanqui y sus agentes internos.
Sobre la concepción Tercermundista de nuestro Movimiento, sostenida en condiciones adversas, tales como las existentes cuando salió al mundo, durante la Segunda Guerra interimperialista, en verdad la historia ya reconoce el papel precursor del peronismo. Siendo hoy el dilema “liberación o neocolonialismo” como dice Perón, vemos agruparse en una solidaridad combativa a todos los pueblos del Tercer Mundo, constituyendo la principal fuerza que conmueve la estabilidad del sistema capitalismo-imperialista, sostenido precisamente en la explotación colonial.
En el presente al auge y consolidación del movimiento de Liberación Nacional, se suma la ruptura del bloque capitalista-imperialista y la pérdida creciente de hegemonía por parte de los Estados Unidos, lo cual no es un fenómeno independiente de lo primero. Es evidente en los últimos años la rivalidad creciente entre los renacientes capitalismos de Europa occidental y el Japón con los Estados Unidos. La pérdida de unidad política de los países imperialistas es una realidad. El deterioro de la anterior posición dominante de los Estados Unidos tiene uno de sus signos, entre otros muchos, en la crisis del dólar, a la que podríamos agregar la pérdida de reservas, la crisis de su comercio exterior, el menor desarrollo relativo de sus fuerzas productivas, la dificultad creciente de exportar su inflación, la disminución de su primacía tecnológica, la reducción de su ritmo de exportación de capitales y el incremento de la desocupación obrera.
La crisis del sistema capitalista-imperialista fue caracterizada como de “multipolaridad”, pero siempre dentro del esquema de dominación de las burguesías monopolistas. El retiro derrotado de Vietnam por parte de los gendarmes de los imperialistas norteamericanos es un signo decisivo de la evolución de fuerzas entre el campo de la reacción mundial y las fuerzas de la Liberación y el socialismo. La etapa de ascenso de la revolución nacional árabe desemboca en hostilidades económicas con los países capitalistas adelantados que han fabricado su opulencia apoyados en el saqueo de los recursos y el trabajo de los países coloniales y atrasados. El petróleo abundante y a vil precio, manejado por las empresas monopolistas, se ha terminado. Las luchas de Liberación del Tercer Mundo y en particular la de la nación árabe han sostenido esta política de independencia económica que conmovió toda la estructura productiva del imperialismo. La división internacional del trabajo impuesta por el capitalismo imperialista a los pueblos del Tercer Mundo, que lleva a concentrar la riqueza en un puñado de naciones poderosas y arrojar a la miseria a las grandes masas de la población del mundo colonial, es cuestionada por la Revolución Nacional que recorre todo el Tercer Mundo.
Los precios de los principales productos básicos en los últimos 18 meses se han más que duplicado en promedio y algunos se incrementaron en tres o cuatro veces. Las reservas de los países del Tercer Mundo han aumentado en forma acelerada, sobre todo a partir de 1973; van camino de triplicar el total alcanzado diez años antes.
El peso político del Tercer Mundo es mayor, día a día las naciones y movimientos que luchan contra el imperialismo por su Liberación extienden y consolidan sus filas. El peso en el terreno militar de los pueblos del Tercer Mundo también es creciente; el imperialismo y sus agentes encuentran cada vez más la justa respuesta de los pueblos a su política de guerra. La repercusión en el campo económico, la respuesta a la política imperialista donde más le afecta, la de las riquezas y el trabajo de los pueblos, agrava las contradicciones de los países imperialistas entre sí, conmueve su estructura productiva y social, debilitando su posición ante las luchas del Tercer Mundo por liberarse.
Dentro de este encuadramiento mundial, que favorece el desarrollo de las luchas de Liberación, la política del Movimiento Nacional Peronista, bajo la conducción de Perón, se orienta a conformar dentro del Tercer Mundo, una concertación de intereses entre las naciones iberoamericanas para hablar con una sola voz ante la potencia dominante de esta área, los Estados Unidos. La política de Perón en el orden internacional, política soberana y peronista, defensora leal de los intereses de Argentina, si bien tiene sus raíces en la propia realidad nacional, posee un marco internacional favorable, quizá sin paralelo en su historia —pese a retrocesos importantes para nosotros, como los de Chile y Bolivia— que corresponde a la nueva posición de los pueblos del Tercer Mundo frente al capitalismo imperialista.
La política de Perón tiende a aprovechar la actual coyuntura para acentuar el cambio en la correlación internacional de fuerzas, a los fines de colocar la demanda y el comercio internacional, la cooperación técnica y financiera, junto a las inversiones posibles del Tercer Mundo, países socialistas y países capitalistas-imperialistas en oposición al imperialismo yanqui, como un factor dinámico que apuntale el desarrollo de las fuerzas productivas internas, sostenido naturalmente en el desarrollo de nuestro propio mercado Interno.
El proyecto político-económico de Perón en ejecución, nacido de las condiciones objetivas y de conciencia de las clases sociales que integran el campo nacional, conserva “como eje de aglutinamiento a la clase obrera peronista” tal como sucedió en estos 30 años de existencia del Movimiento. Pero es evidente que el proyecto de Perón no se lo puede definir integralmente ni profundizarlo si no se lo encuadra en la nueva coyuntura que impulsa la Revolución Colonial del Tercer Mundo.

2º La política económica de la dictadura militar y la del gobierno de Perón 

Es sumamente ilustrativo establecer comparaciones entre la política económica que impulsó, sin mayores variantes, la dictadura militar, con la aplicada por el gobierno del general Perón.
En pocas palabras, la dictadura militar se ajustó plenamente al modelo neocolonialista del imperialismo yanqui, a su plan de división del trabajo a escala iberoamericana, que tiene en el sistema brasileño su ejemplo. Concentrar la economía en, el desarrollo monopolista, asociado a la gran burguesía nativa, desnacionalización progresiva, aumentando la rentabilidad de los sectores más “eficientes”, con lo que se generaba en un mercado interno deprimido, una creciente dependencia de factores externos. Restringir el salario y por este medio, achicar el mercado interno de consumo, mientras se elevaban las tasas de ganancia del capitalismo en el sector monopolista, acompañándolo por una promoción del desarrollo tecnológico “eficientista”, provocando un mayor desempleo al asimilar una tecnología imperialista con mínima utilización de mano de obra. El cierre de empresas calificadas de antieconómicas, desde el punto de vista estrictamente financiero, sin atender a su papel en la producción ni al costo social de la desaparición de fuentes de trabajo, encuentra en el cierre de ingenios de Tucumán su mejor ejemplo.
La pérdida de salarios en virtud de su congelación, pero no de los precios, la eliminación de conquistas sociales, como la calificación de trabajos insalubres, edad para jubilación, desprotección ante despidos, liquidación de reglamentos de trabajo, etc., hizo recaer sobre los hombros de la clase obrera el peso principal del Plan Krieger Vasena.
Pero lo que se pudo aplicar en Brasil fue barrido con las rebeliones obreras y populares de 1968 y 1969, que encuentran su punto más alto en el Cordobazo. La existencia de un Movimiento Nacional como el peronista y una organización de la clase obrera peronista de carácter masivo aunque defensista (los sindicatos), convirtieron a esa clase obrera en el eje social del agrupamiento de todas las fuerzas del frente de resistencia antidictatorial, que tomó al Movimiento Nacional Peronista como su expresión de vanguardia y a su jefe el general Perón como barrera ante las maniobras de la dictadura militar.
En la articulación concreta de tocias las fuerzas que iban colocándose al lado del peronismo en el frente dé resistencia antidictatorial, hubo un solo conductor, Perón, poro la historia dirá lo que la Nación les debe a los hombres y mujeres anónimos que integraron la CGT de los Argentinos, la Regional CGT de Córdoba, los Gremios del Peronismo Combativo y en la última etapa la Juventud Peronista y sus “formaciones especiales”. También habrá que escribir la verdadera historia del participacionismo, vandorismo, neo-peronismo y otras malas yerbas que se integran total o parcialmente a los planes de la dictadura militar.
La política de Perón de darse la más amplia base de sustento posible para accionar no es nueva, sino que constituye una constante, remarcada en toda la última etapa de la dictadura militar. La sucesión de las instancias Hora del Pueblo, Frente Justicialista de Liberación, Pautas de coincidencia programática de las organizaciones políticas y sociales (CGT-CGE) del Niño, los “10″ puntos para la Reconstrucción Nacional —planteados a las Fuerzas Armadas durante el gobierno de Lanusse—, el documento “Apreciación de la situación para el año 1972″, etc., confirma lo que decimos.
La salida institucional que buscó la dictadura militar, como mal menor, frente a una guerra civil inminente si persistía en proscribir al Mov. Nacional, lleva al triunfo del peronismo y el Plan Krieger Vasena naufraga definitivamente.
El Pián económico que actualmente aplica el gobierno de Perón es una de las versiones posibles, que inspiradas en la concepción política-ideológica peronista, existían dentro del Movimiento y sus aliados, en la etapa de constitución del Frente Justicialista de Liberación.
La política económica del gobierno de Perón tiene como factor dinámico el aumento de la capacidad adquisitiva del mercado interno, tal como él lo ha explicado reiteradamente, precisamente lo contrario del Plan Krieger Vasena. En el último trimestre de 1973, el consumo interno se incrementó por encima del 10 %, en comparación al mismo período del año anterior. La tendencia a extender el mercado interno va acompañada con una reducción del margen de rentabilidad empresaria, que no obstante todos los aumentes especulativos realizados antes del 25 de Mayo y al incremento del conjunto de las ventas han reducido sus beneficios en un 4,2 %. La limitación de la tasa de ganancia de las empresas imperialistas, no su nacionalización, es un objetivo expreso de la actual política económica, reformulando las condiciones de operación del capital extranjero, desde la ley de radicación, los contratos de provisión de tecnología y marcas, el reconocimiento de la dependencia de la casa matriz por parto de la sucursal desde el punto de vista de las deudas y toda responsabilidad legal consiguiente, la nueva política de créditos que excluye la provisión de fondos a las empresas extranjeras, etc., todas medidas que en su conjunto tienden a rescatar la mayor proporción del mercado interno para el empresariado nacional.
Colocar el mercado interno como un factor coadyuvante a la par de la ampliación del mercado interno, liquidando todas las barreras que el imperialismo yanqui ha colocado en el comercio internacional, es otra característica sustancial de este plan.
Desde el punto de vista de la clase obrera esta es una política dura de tragar; tal como lo admite la propia conducción burocrática de la CGT, “el movimiento obrero puede hacer un nuevo sacrificio”, juicio que avala Perón cuando el 1º de Mayo agradece a los trabajadores el haber “sostenido” el Pacto Social. Los asalariados en conjunto acrecentaron un 4,5 % su parte en la distribución del ingreso en el año 1973 en relación a 1972. Este aumento de por sí modesto se debe reducir pues el 1,7 % corresponde al aumento registrado en el número de trabajadores y sólo el 2,8 % al incremento medio de las remuneraciones, si bien corresponde aclarar que ha sido mayor el aumento para las categorías peor pagas. Mejoran parcialmente este cuadro, los grandes beneficios otorgados a jubilados y pensionados, la asistencia a la salud pública y la inminente aplicación del Plan de Salud integral de Liotta, el restablecimiento de condiciones de trabajo y reglamentos anulados por la dictadura militar, y la próxima ley de Contrato de Trabajo.
El aumento de salarios que flexibilizó antes de lo previsto la política económica con un incremento nominal del 15,2 % (es mayor para los que cobran el salario mínimo) revela claramente uno de los puntos débiles de la política económica, que precisamente alivia en muy escasa medida la situación de quienes más producen, los trabajadores en relación de dependencia, y quienes sufran los dramas sociales de una nación dependiente, llámese mortalidad infantil, superexplotación, desocupación, etc.
Perón es quien ha elegido este camino, confiando la conducción económica a los empresarios de la CGE. Es una política económica nacionalista que se concreta por medio de la concertación social. Si bien se vuelca el peso del aparato estatal en apoyo de esta política, no se instrumenta fundamentalmente por medio de la violencia, sino por acuerdo de las partes, aunque se cuestione la representación de la conducción obrera. En todos los frentes en que se desarrolla la política económica de Perón en esta etapa, rige el principio de concertar, con el apotegma “la situación de la Argentina es de tal gravedad que la arreglamos entre todos o no la arregla nadie”.
Si bien se trata de una política económica de contenido nacional, y en esa medida es una política revolucionaria para un país dependiente como nosotros, se trata de una política de corte “neo-capitalista” como la ha calificado el propio Perón, y es la clase obrera la que hace el principal sacrificio aunque mejore parcialmente su situación. Por otra parte es evidente que no hay desde las filas obreras una opción de corrección del pacto social, y mucho menos una estrategia sustitutiva de anti-Pacto Social. El papel de la burocracia sindical, pre-existente al gobierno popular es el del instrumento que usa Perón para frenar la acción de la clase obrera que podría desbordar el Pacto Social y derrumbar toda la política económico-social del Movimiento. Este Pacto Social es concebido como el fundamento de la etapa de Reconstrucción Nacional, especialmente en el aspecto económico, como condición previa para una modificación de la estructura económica dependiente, creciente desarrollo de las fuerzas productivas, de la ocupación y la redistribución social de ingresos.
La ampliación del área estatal es una condición de inexorable cumplimiento para enfrentar el poder monopolista extranjero en nuestra economía, un verdadero cáncer al servicio de la dependencia. Paradójicamente no se percibieron aún señales evidentes de cambio en la estructura, cuadros y rendimiento del deteriorado aparato del Estado. El marco político prestado por el Movimiento Nacional Peronista está por ahora insuflándole el oxígeno faltante. El Plan Trienal provee que las inversiones estatales deberán crecer hasta 1977 en un 21,9% mientras que la inversión privada aumentará en sólo el 5%. La constitución de empresas mixtas con los países socialistas, junto con su aporte tecnológico y financiero, sumado a la cooperación de los países del Tercer Mundo, posibilitará desde el punto de vista económico, avanzar en este proyecto nacional del peronismo. De la participación activa de la clase obrera, sus formas de cogestión, control de precios y calidad de la producción y su avance a la par en conciencia de clase y organización dependerá en lo fundamental la construcción de la Argentina Liberada.

3º Balance de la situación del Movimiento Nacional Peronista (acción de los enemigos y respuesta) 

Si bien sólo el proyecto político nacional de Perón ha expresado el campo popular durante treinta años y la clase obrera siempre actuó dentro de sus líneas generales, como hoy lo sigue haciendo, hay factores que determinan reacciones diferentes ante el proceso político actual y sus requerimientos.
La burocracia vandorista-participacionista le resta a Perón prestigio. Una de las principales críticas que recibe Perón por parte de los trabajadores es la de que les permite a esos burócratas traidores estar al lado de él. Por eso la burocracia sindical es también una fuerza divisionista del peronismo y un factor aislante entre las bases y el conductor del movimiento. Esta es sin duda una de las causas que explican el 1º de mayo, ocasión en que no hubo una concurrencia masiva de la clase trabajadora a Plaza de Mayo. No la llevaron en ese momento ni Perón a través de la burocracia, ni los Montoneros, las principales fuerzas orgánicas que participaron del acto.
La concurrencia peronista estuvo entre un juego de pinzas, de un lado el aparato vandorista y del otro la organización política Montoneros. La clase obrera peronista sindicalmente organizada, la del Cordonazo, Rosariazo, Mendozaro, 17 de noviembre, 20 de junio, ausente.
Sin embargo, también es evidente que la acción desmovilizadora de la burocracia también la envuelve a ella misma. Pareciera afirmarse la tendencia a la parálisis político gremial de la CGT, Regionales y principales sindicatos que gobierna. Su retroceso ante las bases de cada gremio, pese a las recomposiciones parciales y a las crisis de improvisados oponentes, es permanente. Refluye hacia tareas administrativas del manejo sindical, se dedica a la acción de copamiento del aparato estatal. La oposición a ella parte de la propia clase obrera peronista, tuvo origen y desarrollo dentro de ella, de ahí el irremediable retroceso de esa alianza participacionista-vandorisía, que sólo se podrá hacer más lenta con la coraza legal proporcionada por algunos artículos de la ley de Asociaciones Profesionales.
La convocatoria hecha por Perón el 12 de junio, encuadrada en una situación política modificada, donde el desborde del Pacto Social y la amenaza a toda la política puesta en práctica proviene realmente de los enemigos, muestra otra cara Bien distinta del Movimiento. Ante esa amenaza el apoyo de la clase trabajadora se vuelve activo; la continuidad de Perón en el gobierno resulta lo más importante y se recupera la iniciativa frente a la acción gorila manifestada en las formulaciones de la prensa venal —tradicional enemiga de la causa nacional—, el desabastecimiento y el mercado negro promovido por los monopolios y la oligarquía (con la tolerancia de la propia burguesía nacional) las declaraciones críticas de la Iglesia, de la Sociedad Rural, del lanussismo en el ejército.
O sea aparecen los enemigos constantes del peronismo y Perón los señala al pueblo, que sale sobre la marcha, desde las fábricas, dispuesto a enfrentar a los que “empiezan a mostrar las uñas”.
El histórico 12 de junio fue de Perón y de los trabajadores. Los apresurados llegaron tarde porque para sostener su castillo de naipes político han “inventado” un Perón no peronista, repudiado por el pueblo y desmovilizador. La burocracia sindical participacionista-vandorista, por su parte —como tuvo la rara honradez de reconocerlo uno de sus voceros—, “nada que ver” con la movilización.
En la Plaza de Mayo hubo sólo peronismo; por las consignas, los participantes y los enemigos (no ya internos). De ahí el fortalecimiento de Perón que, dejando atrás el antecedente del lº de mayo, reafirmó la necesidad de la participación activa de los trabajadores para proseguir la tarea iniciada. En esta etapa el punto crítico de la política de Perón, que la clase trabajadora respaldó el 12 de junio, es sin duda la política salarial. Sin la vigencia de la Justicia Social no hay peronismo y no hay verdadera justicia social sin salarios justos. Mas la lucha de los trabajadores se deberá dar en los términos de la política que se avaló, o sea dentro del Pacto Social, poniendo el acento en la Justicia Social.
Un salario justo es lo principal, pero no es el único componente de la Justicia Social y el papel que Perón requirió de los trabajadores es el de la participación activa en la fiscalización y en el control económico (a nivel de la producción y distribución), donde junto a las exigencias de cumplimiento de condiciones de trabajo dignas, se impida el acaparamiento y el mercado negro, facilitando la plena producción y con ella la mayor ocupación.
Poniendo el eje en lo político, obrero y peronista, sin retroceder en ningún momento al campo de un sindicalismo revolucionario siempre mechado de antiperonismo, se facilitará mantener la unidad de la clase obrera, la de cada gremio, lo cual dará margen para avanzar, consolidando el peso de la clase trabajadora en el Movimiento y en el gobierno, al par que se va construyendo así un futuro de Liberación.
Frente a esa unidad y solidaridad orgánica de la clase trabajadora, manifestada activamente dentro del proyecto de Perón, y que es necesaria para garantizar el cumplimiento de los objetivos de la Reconstrucción y Liberación Nacional, se estrellará lo que constituye el instrumento principal de la reacción gorila-imperialista, o sea la promoción de la violencia en el campo de las fuerzas que integran la Unidad Nacional, como un primer escalón para desatar la guerra civil. Toda violencia parapolicial, foquista, de comandos civiles, etcétera, atenta —deliberadamente o no, pero con igual efectividad— contra el proceso de concertación e institucionalización sostenido en la soberanía popular, base del proyecto nacional de Perón y único camino ante la guerra civil que buscan las fuerzas irrepresentativas del Pueblo.

miércoles, 16 de mayo de 2012

DECRETO DE NACIONALlZACIÓN DE BIENES DE LOS ENEMIGOS DE LA REVOLUCIÓN


El C. General Emiliano Zapata, Jefe supremo de la revolución de la República, a sus habitantes hace saber:

En atención a que los malos mexicanos que apoyaron y sostuvieron a los gobiernos pasados siguen en su labor obstruccionista, oponiéndose, por cuantos medios encuentran a su alcance, a la realización de los principios proclamados por la revolución y contenidos en el Plan de Ayala, retardando el triunfo completo de las reformas agrarias, y de conformidad con las facultades de que me hallo investido, he tenido a bien decretar lo siguiente:

ArtIculo I. Se nacionalizan los bienes de los enemigos de la revolución que defiende al Plan de Ayala y que directa o indirectamente se hayan opuesto o sigan oponiéndose a la acción de sus principios, de conformidad con el artículo VIII de dicho Plan y VI del decreto del 5 de abril de 1914.

Articulo II. Los Generales y Coroneles del Ejército libertador, de acuerdo con el Cuartel General de la revolución, fijarán las cédulas de nacionalización, tanto a las fincas rústicas como a las urbanas.

Articulo III. Las autoridades municipales tomarán nota de los bienes nacionalizados, y después de hacer la declaración pública del acta de nacionalización darán cuenta detallada al Cuartel General de la revolución de la clase y condiciones de las propiedades que sean, así como de los nombres de sus antiguos dueños o poseedores.

Articulo IV. Las propiedades rústicas nacionalizadas pasarán a poder de los pueblos que no tengan tierras que cultivar y carezcan de otros elementos de labranza, o se destinarán a la protección de huérfanos y viudas de aquellos que han sucumbido en la lucha que se sostiene por el triunfo de los ideales invocados en el Plan de Ayala.

Artículo V. Las propiedades urbanas y demás intereses de esta especie nacionalizados a los enemigos de la revolución agraria se destinarán a la formación de instituciones bancarias dedicadas al fomento de la agricultura, con el fin de evitar que los pequeños agricultores sean sacrificados por los usureros y conseguir por este medio que a toda costa prosperen, así como para pagar pensiones a las viudas y huérfanos de quienes han muerto en la lucha que se sostiene.

Articulo VI. Los terrenos, montes y aguas nacionalizados a los enemigos de la causa que se defiende serán distribuidos en comunidad para los pueblos que lo pretendan y en fraccionamiento para los que así lo deseen.

Artículo VII. Los terrenos y montes que se repartan no podrán ser vendidos ni enajenados en ninguna forma, siendo nulos todos los contratos o transacciones que tiendan a enajenar tales bienes.

Articulo VIII. Los bienes rústicos que se repartan por el sistema de fraccionamiento sólo podrán cambiar de poseedores por transmisión legítima de padres a hijos, quedando sujetos, en cualquier otro caso, a los efectos del articulo anterior.

Artículo IX. El presente decreto surtirá sus efectos desde luego.
Reforma, Libertad, Justicia y Ley.
Dado en el Cuartel General en Cuernavaca,
a los ocho días de septiembre de 1914.
El General en Jefe del ejército libertador,
Emiliano Zapata.

viernes, 11 de mayo de 2012

EL DESTINO DE UN CONTINENTE (10)

por Manuel Ugarte 

CAPÍTULO IX
LA PRUEBA DE LA GUERRA

EL GESTO DE ROOSEVELT. — MÉXICO, INVADIDO. — EL LIRISMO DEL SUR. - NUEVA INVASIÓN A MÉXICO. - EL CARRIZAL. — LA INVASIÓN A SANTO DOMINGO. — LA SUGESTIÓN DEL CABLE. — EL GENERAL CARRANZA. — FILOSOFÍA DE LA CONFLAGRACIÓN.

lunes, 7 de mayo de 2012

STALIN Y MEXICO

La misión de Lombardo Toledano [1]

28 de mayo de 1938

El título de este artículo puede parecer sorprendente e incluso injustificado: no hay relaciones diplomáticas entre la URSS y México. Parecería entonces que Stalin no pudiera tener una política particular con respecto a México. Sin embargo, semejante conclusión sería perfectamente superficial. Stalin tiene -¡y cómo!- una política con relación a México, sobre todo desde que el gobierno de Cárdenas decidió darle hospitalidad a Trotsky[2]. Recordemos algunos hechos, los más indiscutibles y los más elocuentes.

Al inicio del gobierno del presidente Cárdenas, el denominado Partido “Comunista” de México, es decir, la agencia directa de Moscú, exigía que el gobierno de ese país presente sus excusas a Stalin por los procedimientos del gobierno de Calles-Ortiz Rubio[3] con relación a la URSS, y no habiendo obtenido las disculpas, calificó de “fascista” al gobierno de Cárdenas. Tal es la línea general antes del gran giro.

Lombardo Toledano se dirigió a Moscú en 1935 para ser allí iluminado por la gracia divina. Y naturalmente el “Espíritu Santo” descendió hacia él y le mostró la luz. No es posible ser oficialmente un amigo de Moscú sin denigrar, calumniar y combatir a Trotsky con todas sus fuerzas. Toledano se endosó esta obligación y se consagró a ella lo mejor posible. En nombre de los obreros mexicanos, se opuso al derecho de asilo para Trotsky. Felizmente, los argumentos que dio no le parecieron convincentes al general Cárdenas quien tiene de la democracia y del derecho a asilo una concepción muy diferente que la del devoto discípulo de Moscú[4].

Trotsky llegó a México en enero de 1937. Durante los primeros meses, el Partido Comunista dudaba aún en cuanto a la línea política a seguir en este asunto. Esto es porque Moscú no había tomado aún una decisión con respecto al tema. Para Laborde, Toledano era todavía un enemigo mortal. Y así se llegó a la escisión de la CTM a fines de mayo[5]. La polémica entre quienes habían sido hermanos, o mejor dicho, los compadres en la víspera, era extremadamente violenta. Pero Moscú tomó su decisión. Browder, el jefe del PC de Estados Unidos vino a México en persona para dirigir esta cuestión[6]. Le dio a Laborde la orden de ponerse de rodillas frente a Toledano quien fue proclamado especialmente agente número 1 de Moscú. La unidad sindical se restableció. El Congreso de la CTM se preparó bajo la férula de Moscú.

Pero ¿qué buscaba Moscú con esto? La respuesta es simple y clara: la expulsión de Trotsky de este país, en otros términos, su entrega a las manos de la GPU. Hace años que la política interna de la URSS se resume a la lucha contra el trotskismo. Se ha inventado y puesto en escena una serie de procesos monstruosos. Miles de personas fueron arrestadas, “juzgadas”, fusiladas. Decenas de miles fueron apresadas y deportadas. Todos los fantásticos crímenes imputados a las víctimas del innoble buró de Moscú, si se le cree a Stalin y su Vichinsky, convergen infaliblemente en la personalidad del exiliado que se encontraba antes en Francia y Noruega y que vive hoy en México. El número de las víctimas, la amplitud de los esfuerzos, la interminable campaña de calumnias y de persecuciones, los asesinatos de pretendidos trotskistas en el extranjero, todo indica con evidencia absoluta el precio pagado por Stalin para combatir, y si fuera posible, terminar con aquel que la pandilla del Kremlin considera su enemigo número uno. ¿Cómo es posible entonces creer que Stalin no tiene política para México? Tiene una y muy precisa. En las preocupaciones de Stalin, Coyoacán ocupa uno de los primeros lugares.

Pero, ¿cómo conseguir sus fines? El partido stalinista de México es demasiado insignificante para que su “oposición” pueda llegar a algún lado. Es preciso entonces abandonar las acusaciones de “fascismo” contra el gobierno de Cárdenas. Por el contrario, es necesario demostrar una Devoción Absoluta a Lázaro Cárdenas, a quien ayer trataban de fascista. Es necesario demostrar al gobierno que está rodeado de enemigos y que sólo encontrará salud en los brazos de Stalin.

Pero Laborde es demasiado insignificante para tal misión. Sólo debe limitarse a apoyar a Toledano, escondiéndose modestamente detrás de él, y asistimos así a esta escena edificante: Lombardo Toledano, stalinista de la última hora, pero con celo irreprochable, se transforma al mismo tiempo en cardenista 100%.

En la manifestación pública del 20 de noviembre en presencia del presidente, Laborde pronunció un discurso en el que acusaba a Trotsky de complicidad con los generales “fascistas” Villarreal y Cedillo y con Pepe Vasconcelos[7]. El objetivo de este complot fascista habría sido el de voltear al gobierno de Cárdenas. ¿Esta construcción les parece demasiado absurda? En verdad lo es. Pero no más absurda que las otras acusaciones lanzadas por Moscú y en todo caso hecha en el mismo estilo. Nunca Laborde hubiera pronunciado tal discurso sin el permiso, o mejor dicho, sin una orden directa de Moscú. Se discierne en esta falsificación grosera las líneas generales del plan de la GPU: utilizar el peligro fascista, real o imaginario, crear una amalgama entre Trotsky y los fascistas, verdaderos o supuestos, demostrar al gobierno su devoción más vale pretendida que real, y bajo este disfraz político, acabar con el enemigo número 1.

Este plan se inspira en la experiencia española. Stalin se aprovechó de la insurrección del general Franco contra el gobierno republicano para imponer su dictadura a este último[8], y, utilizando las condiciones “favorables” de la guerra civil, terminar con los más eminentes enemigos de Stalin en el suelo español. El mundo entero conoce por otra parte el partido que ha sacado la GPU en la península Ibérica, el asesinato de Andrés Nin*, expulsado antes de la Unión Soviética, el asesinato de teóricos anarquistas[9], la eliminación de Erwin Wolf*, antiguo secretario de Trotsky y de cientos de personas menos conocidas. Esta experiencia parece haber satisfecho extraordinariamente a la GPU. ¿Por qué no intentar la misma experiencia en México?

Es verdad que aún no tenemos guerra civil. Pero, con la ayuda de la GPU, puede estallar. Así como, el ejemplo de Francia lo muestra, la GPU tiene agentes en todos lados, tanto en el campo de la izquierda como en el de la derecha. Entre los rusos blancos de Francia, hay muchos agentes de la GPU que, siguiendo las necesidades, actúan tanto contra los monárquicos como contra los trotskistas[10]. La GPU es perfectamente capaz de ayudar incluso a los fascistas en México para acelerar un movimiento insurreccional con la mano derecha, mientras que con la mano izquierda, es decir con Lombardo Toledano y Laborde, le da su apoyo al gobierno[11]. Tal es el verdadero plan.

Pero, ¿Lombardo Toledano va a prestarse a ese juego? Ya se ha prestado. ¡Y con qué encarnizamiento! Comenzó por acusar a Trotsky, en reuniones públicas, de preparar la huelga general para derribar al gobierno mexicano. Esta denuncia parece totalmente increíble, pero es un hecho que la prensa mexicana lo ha hecho público a su tiempo. Si Toledano se arriesga a hacer semejantes afirmaciones, es porque se comprometió a hacerlas. No es casualidad que Browder haya venido a México, ni por la cara bonita de Lombardo es que Laborde se pone de rodillas frente a él. Do ut des. Para aprovecharse de la ayuda de Moscú para sus propios fines políticos, Toledano no sólo debe llevar al suelo mexicano la campaña anti trotskista, sino también debe ayudar a su jefe a llevarla hasta su desenlace final.

¿Pero Toledano es un cardenista convencido? Sí, exactamente de la misma manera que Laborde quien, bajo las órdenes de Moscú, transforma al presidente “fascista” en héroe nacional. Estos hombres son cardenistas o anti cardenistas según los objetivos de Moscú. Son agentes disciplinados, es todo, y siempre listos para dar el giro más brutal y más inesperado. No es necesario refutar aquí las acusaciones de complicidad con los fascistas, llevadas contra Trotsky y sus amigos, las falsificaciones de Moscú y sus agentes, porque sólo pueden parecerle convincentes a los imbéciles y a los canallas, y nosotros no escribimos ni para los unos ni para los otros. Evidentemente estamos lejos de negar los peligros fascistas que pueden amenazar no sólo al gobierno de Cárdenas sino al futuro de nuestro país. La nueva crisis mundial que se anuncia cada vez más profunda exacerbará las luchas sociales en el mundo entero, y también en México y su periferia. La lucha contra la reacción y particularmente contra su forma más bárbara, el fascismo, es el deber más elemental y más imperioso de todo obrero, campesino e intelectual honorable y valiente, consciente de sus intereses de clase y de los intereses de su pueblo. Pero lo peor que le puede suceder a nuestro pueblo es que esta lucha se dé bajo la dirección de los agentes de Moscú. La GPU ahogó en España junto a la revolución social, la independencia de las organizaciones obreras y campesinas. Tal es la razón fundamental por la que el heroísmo revolucionario sin límites y los innumerables sacrificios del pueblo obrero español no conducen más que a reveses y derrotas. El pueblo trabajador de México no quiere y no permitirá la repetición de los mismos procedimientos. ¿La lucha contra el fascismo? Sí, con todas nuestras fuerzas. ¿La dirección de la GPU por intermedio de sus agentes? No, no y no. Esto sería el desastre. Y nosotros aspiramos a la victoria.

NOTAS

[1] 1 Artículo publicado en Hoy del 28 de mayo de 1938, bajo la firma de Diego Rivera. La forma y el contenido conducen a pensar que era uno de los artículos escritos por Trotsky y firmados por el pintor como este último lo indica en una carta de enero de 1939: se trataba de evitar la acusación de injerencia en la vida política mexicana. Traducido del francés de la versión publicada en Oeuvres, Tomo 17, pág. 265, editada por el Instituto León Trotsky de Francia.
[2]El presidente Cárdenas había accedido a fines de 1936 a la demanda de asilo político para Trotsky que le había sido presentada por Diego Rivera, con el apoyo del general Mujica.
[3] Plutarco Elías Calles (1877-1945), devenido general durante la revolución, había sido presidente de México desde 1924 a 1928, con el apoyo de EEUU; hasta la presidencia de Cárdenas, y bajo diferentes presidentes, fue el verdadero jefe del país. Pascual Ortiz Rubio (1877-1963) fue uno de sus hombres: fue presidente desde 1930 a 1932. Los gobiernos mexicanos de la época “callista” se negaban a tener relaciones diplomáticas con la URSS.
[4]Lombardo Toledano había combatido el otorgamiento de asilo a Trotsky, explicando que éste combatía la colaboración de clases, base de la política del gobierno y del sindicato. El gobierno fue inundado con telegramas de protesta provenientes de los sindicatos de la CTM.
[5]Hernán Laborde (1896-1955), ferroviario, fue secretario del Partido Comunista Mexicano desde 1929. La escisión de la CTM se había producido en el IV Consejo Nacional de esta central. El conflicto se refería sobre todo al lugar del PC en el Frente Popular. El PC había fundado un “Comité de Organización del Frente Popular”. La CTM de Lombardo Toledano consideraba que el Frente Popular se realizaría en el interior del partido gubernamental reorganizado. El secretario de organización, Fidel Velázquez, excluía sistemáticamente a los comunistas de los puestos de mando. En el Consejo Nacional, anunció de entrada el rechazo a reconocer mandatos y delegados de varias organizaciones controladas por los miembros del PC, el sindicato de docentes, la alianza de los trabajadores del Estado, la Federación de Trabajadores de Nuevo León y los de La Laguna, etc.: algunas de ellas se habían constituido como sindicatos independientes sólo para aumentar el número de los mandatos controlados por el PC. Lombardo Toledano dio su apoyo a Velázquez. Los sindicatos más grandes (sobre todo los ferroviarios, mineros, petroleros, electricistas) dejaron la sesión para reunirse en “Consejo Nacional” en la sede de los ferroviarios y proclamarse la dirección de la CTM. Esta CTM bis que se pretendía la “única verdadera” tenía en su dirección tres secretarios de la CTM (sobre siete) de antes de la escisión.
[6]Earl Browder, secretario general del PC americano, miembro del Ejecutivo de la Internacional, era el responsable de los partidos comunistas del continente. Pronto tomó partido contra el PCM, publicando en el Daily Worker sólo la carta de Lombardo Toledano acusando a los comunistas mexicanos. Luego se dirigió a México en donde, al término de largas discusiones, obtuvo del comité central del 26 al 30 de julio una resolución autocrítica sobre la “unidad a cualquier precio”.
[7] El general Saturnino Cedillo (1890-1939), dinamitador de trenes devenido en general, antiguo ministro de agricultura, era el cacique de San Luis Potosí. La prensa comunista y la de la CTM lo acusaba de preparar una sublevación contra Cárdenas: el general era, sino fascista, al menos un reaccionario obtuso y brutal. José Vasconcelos (1881-1959), intelectual, antiguo rector de la universidad y ministro de educación, se había exiliado en EEUU y no había dejado de evolucionar hacia la derecha. Por el contrario, Antonio I. Villarreal (1879-1944), organizador antes de la guerra del Partido Liberal, fundador de la primera central sindical nacional, la CNT, presidente de la convención de Aguascalientes, no podía considerarse “fascista”. La amalgama entre él y estos dos hombres de extrema derecha era utilizada porque a pesar de no haber podido tomar parte de la Comisión Dewey por razones prácticas, había afirmado su solidaridad con los objetivos de la investigación y su indignación por las calumnias lanzadas contra Trotsky.
[8] Francisco Franco Bahamonde no sólo era uno de los jefes del pronunciamiento español de julio de 1936 sino que se había convertido rápidamente en caudillo de la España “nacionalista”. Se sabe de qué manera Stalin había utilizado la necesidad de armas de la República para dictar sus condiciones al gobierno.
[9] El único “teórico anarquista” asesinado en esta época era el italiano Camillo Berneri (1897-1937) arrestado en su domicilio y hallado muerto en la calle al día siguiente de las “jornadas de mayo”.
[10] Trotsky hace alusión al hecho de que algunos de los principales hombres de la GPU comprometidos en el asesinato de Ignace Reiss en septiembre de 1937 eran emigrados blancos como Sergei Efron y Vadim Kondratiev.
[11] Trotsky parece haber tenido la idea de que la GPU podía actuar del lado de Cedillo.